La modelización implica la creación de representaciones abstractas de las posibles soluciones. Esto permite visualizar, analizar y comparar diferentes enfoques antes de invertir recursos en la implementación.
Existen diversos tipos de modelos que se pueden utilizar, como los conceptuales (idea general), lógicos (cómo funcionará) y físicos (implementación detallada).
La elección del modelo adecuado depende de factores como la complejidad del problema, la etapa del diseño y los objetivos de la modelización.
Una vez que se han modelado varias soluciones posibles, el siguiente paso crítico es evaluar y seleccionar la que mejor se ajusta a las necesidades y los recursos disponibles.
Esta técnica implica comparar los costos totales de implementar y mantener cada solución con los beneficios esperados.